—La reforma del Estatuto de Autonomía depende del agua y de la reserva hídrica. Como consejera de Medio Ambiente, ¿en qué cree que va a quedar todo esto?
—Partimos de la base de que el agua es un bien imprescindible para el desarrollo de una comunidad autónoma. El presidente Barreda lo ha dicho alto y claro: hemos cedido para llegar al acuerdo porque no nos gusta el enfrentamiento con otras comunidades y hemos llegado a la conclusión de que 4.000 hectómetros cúbicos es la reserva indispensable para garantizar el desarrollo futuro de Castilla-La Mancha. Eso es lo que está sobre la mesa en estos momentos. El dilema es muy sencillo. En las Cortes de Castilla-La Mancha hubo unanimidad entre el PP y el PSOE para sacar adelante un borrador de Estatuto. Es necesaria esa unanimidad de nuevo para que el Estatuto, con esa reserva hídrica, salga adelante. Y es el momento de que la presidenta del PP en Castilla-La Mancha, la señora De Cospedal, se retrate y nos diga si realmente apoya los intereses de esta tierra o si pesa más sobre ella su cargo de secretaria general del PP y las presiones de Valencia y Murcia. El señor Valcárcel ha hablado alto y claro y ha dicho que el Estatuto de Castilla-La Mancha no lo van a apoyar los diputados del PP. El presidente de una comunidad autónoma ajena dice lo que van a votar los representantes del PP de Castilla-La Mancha. Nosotros, lo que le pedimos a la señora De Cospedal es que esta vez no traicione a Castilla-La Mancha, que imponga su criterio y que en la próxima votación apoye algo que es necesario para todos los castellano-manchegos. Hemos estado dispuestos a retirar todas aquellas otras historias que puedan complicar o envenenar la aprobación del Estatuto, como puede ser la Ley Electoral. Se ha llegado a acuerdos y estamos dispuestos a llegar a acuerdos en todo lo demás. Pero ni una gota menos de 4.000 hectómetros cúbicos, que es lo que necesita la comunidad autónoma. Así lo dijo el presidente, pero también toda la sociedad de Castilla-La Mancha: sindicatos, empresarios, asociaciones agrarias... y sólo nos falta que lo diga también el PP. Y mucho nos tememos que van a empezar con achaques, con manipulaciones, con justificaciones. Pero aquí no hay justificación que valga. Es una oportunidad, y lo que le pedimos es que aproveche esta oportunidad para demostrar que está al lado de los ciudadanos de Castilla-La Mancha.
—El diputado ‘popular’ Carlos Cotillas decía que la postura de su partido no ha cambiado desde la aprobación del texto en las Cortes y que es el PSOE el que “no se aclara”.
—Si la postura no ha cambiado, a mí me gustaría que dijeran que van a votar en el Congreso a favor de la caducidad del trasvase. Lo que no puede hacer el señor Cotillas, con ese descaro y ese desparpajo, es decir una cosa en Castilla-La Mancha y que su partido diga otra en Madrid. Lo que ha hecho el PSOE, que sí se aclara y que quiere lo mejor para Castilla-La Mancha, es ir cediendo posiciones a favor de un consenso, como en cualquier negociación. Partimos de una fecha de caducidad; eso generaba problemas constitucionales y de debate, y hemos sido flexibles para poder negociar y llegar a acuerdos. Por eso decía que van a manipular al final; van a decir que es que ellos pedían todo o nada. Menos cinismo porque, además, los castellano-manchegos son mucho más listos y saben lo que está defendiendo cada uno.
—¿Cree que la dimisión del presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura tendrá algún reflejo en esta guerra del agua?
—Pues no lo sé. Desde luego, tampoco queremos nosotros que esto sea una guerra del agua. En Castilla-La Mancha somos muy pacíficos. Lo que ocurre es que cuando defendemos los intereses de Castilla-La Mancha nos acusan de estar abriendo una guerra entre comunidades, mientras que cuando Murcia y Valencia defienden el agua del trasvase todo el mundo dice que están defendiendo derechos legítimos. A mí la coherencia del presidente de la Confederación del Segura me parece bien, pero en ningún caso quiero hacer de esto ningún tipo de sangre o echar más leña al fuego en esto que otros han llamado la guerra del agua y nosotros llamamos la defensa de los intereses de Castilla-La Mancha.
—Las Tablas de Daimiel presentan actualmente el mejor aspecto en años. ¿Estamos ante un espejismo o podemos confiar en una recuperación de largo alcance?
—Ni es un espejismo ni podemos echar las campanas al vuelo de que esto sea de largo alcance. La naturaleza, más sabia muchas veces que las personas, nos ha echado una mano en el esfuerzo que estábamos haciendo para recuperar Las Tablas. El Plan Especial del Alto Guadiana, con dificultades, está comprando derechos de riego y tierras para recuperar el acuífero 23. Sin esa recuperación, es imposible la recuperación total de Las Tablas. Los aportes externos que le hacemos vía trasvase son aportes de supervivencia. La naturaleza nos ha dado una oportunidad a los políticos, y es que este año ha sido espléndido, se han recuperado Las Tablas y una parte importante del acuífero y, por lo tanto, ya no trabajamos con angustia y contrarreloj. Ahora tenemos que hacer esos deberes de recuperación con tranquilidad, con sosiego, pero sin pausa. Tenemos que seguir haciendo los deberes para que esto no sea un espejismo y podamos ver habitualmente Las Tablas en una situación como la que hemos visto esta primavera.
—¿Qué tiene que responder al PP, que insiste en que en el estado de Las Tablas y en las obras de la tubería manchega ha habido inacción por parte del Gobierno regional?
—Hay que tener descaro. Los ocho años del PP fueron ocho años de retraso en la tubería de la llanura manchega. El Plan Hidrológico al que hacen referencia continuamente y que no se ha derogado, porque lo único que se derogó fue el trasvase del Ebro, recogía ya las obras de la tubería manchega igual que recogía otra serie de obras e infraestructuras o que después del año 2000 tenía que estar redactado el Plan Especial del Alto Guadiana. No hicieron absolutamente nada en esos ocho años de Gobierno. Todo se ha empezado a hacer después de 2004. Por lo tanto, no vamos a permitir que nos den lecciones en cuanto a inversiones e infraestructuras hidráulicas porque gracias al presidente Barreda hoy las obras de la tubería manchega están prácticamente terminadas y pueden entrar en funcionamiento en 2011; ya hemos podido usar un gran tramo para salvar Las Tablas de Daimiel. Y otra serie de infraestructuras importantes que se recogían en el Plan Hidrológico, como obras de depuración en distintas zonas, como Ruidera, se han puesto en marcha, cuando en los ocho años del PP no se hizo absolutamente nada. Yo creo que tenemos una suerte en Castilla-La Mancha, y es que los ciudadanos son listos y cuando oyen estas cosas no se dejan manipular.
—Estos últimos días conocíamos las declaraciones del alcalde de Puertollano vinculando su futuro político a la permanencia de Repsol en la ciudad. Supongo que esto despeja las posibles dudas en esta cuestión.
—Repsol es una empresa privada, pero nosotros confiamos en la palabra de su presidente, el señor Brufau, que cuando se reunió con el presidente Barreda le garantizó que Puertollano es estratégica para la compañía y, además, se comprometió a que en el plazo de un mes vendría a Puertollano a explicar inversiones y planes de futuro. Y nosotros queremos quedarnos con eso porque generar dudas, nubarrones y malestares al final es negativo para la sociedad y para Puertollano. Nosotros no vamos a compartir en ningún caso que de una manera indirecta se hable del principio del fin. Creemos que por un puñado de votos no merece la pena sembrar esa inquietud en Puertollano.
—Lo cierto es que la propia empresa ha reconocido cambios en sus planes iniciales y el cierre de algunas unidades, lo que ha llevado al PP a hablar de “mala gestión socialista”.
—No sé qué tiene que ver la “mala gestión socialista” con una empresa como Repsol. Nosotros gobernamos lo que gobernamos. Pero creo que nadie puede culpar al Gobierno socialista de la crisis financiera internacional, que se está viviendo en todos los países europeos y en todas las comunidades, gobierne el Partido Popular o el Partido Socialista. Realmente, la empresa ha tenido menos beneficios en algunas de sus áreas de gestión y lo que está haciendo es reorganizar con carácter más competitivo. Y nosotros no tenemos nada que ver porque tenemos la costumbre de no inmiscuirnos en el funcionamiento de las empresas privadas. Y, por cierto, el PP siempre defiende la liberalización de los sectores económicos.
—Castilla-La Mancha ha situado en 2012 su Estrategia Marco para el Desarrollo Energético. En líneas generales, ¿cómo se va a articular esa estrategia?
—Nosotros tenemos una estrategia que va del 2008 al 2020 en cuanto a un desarrollo general. La estrategia energética lo que plantea son unos objetivos muy concretos para 2012. Queremos que en el 2012 toda la energía eléctrica que se consuma en Castilla-La Mancha sea de fuentes renovables; que el 26% de toda la energía primaria que se consume sea de fuentes renovables; que haya crecido no solamente la generación de energía eléctrica de fuentes renovables, que en estos momentos ya somos líderes, sino también que haya crecido y se haya potenciado la industria asociada a las energías renovables y el conocimiento asociado a las energías renovables. Hemos apostado por lo que hemos dado en llamar el trío GIC (generación, industria y conocimiento). Y, unido a todo eso, una apuesta importantísima para el ahorro y la eficiencia energética porque la energía más limpia es la que no se consume. En este momento tenemos unos 3.700 megawatios de energía eólica y con el nuevo Decreto Eólico previsiblemente vamos a sacar a concurso otros 1.400 megawatios. Tenemos 470 megawatios de energía termosolar y creemos que podemos llegar a los 1.200 megawatios. Estamos haciendo un plan muy ambicioso de biomasa para también asociar la limpieza de nuestros montes y los residuos forestales y de poda a la generación de electricidad. Tenemos un plan de investigación del hidrógeno, el Instituto Solar Fotovoltaico y distintos planes que entendemos que son los que nos van a permitir invertir más de 9.000 millones en instalaciones de generación de energía eléctrica, de los cuales el Gobierno regional aporta un 10% y nos han criticado por ello porque dicen que es poco. Pero creemos que un buen gobierno, un gobierno eficaz, lo que tiene que hacer es facilitar las sinergias para que las empresas privadas inviertan en el sector, y nosotros vamos a invertir en el desarrollo de infraestructuras, en planes de ahorro y eficiencia, que es aquello que sí nos compete como Gobierno regional. Creemos que las empresas, que son las que van a obtener beneficios, son las que tienen que invertir y nuestra obligación es facilitar que esas empresas vengan a Castilla-La Mancha a invertir.
—Pero 2012 está a la vuelta de la esquina. ¿Está preparada la región para todos esos retos?
—Es que nosotros no hemos parado de trabajar desde el 98. No es que estemos empezando ahora. El Decreto Eólico se aprueba la semana que viene, pero lleva en tramitación toda una serie de meses. Hemos desarrollado una estrategia, pero mientras la redactábamos y teníamos sobre la mesa ese desarrollo de infraestructuras, ya llevábamos dos años negociando con Red Eléctrica para saber que ese desarrollo de infraestructuras era posible. Por lo tanto, cuando planteamos objetivos para 2012, son objetivos perfectamente alcanzables y, además, yo digo que los hemos hecho desde un punto de vista bastante conservador. En algunos de los aspectos que plantea la estrategia seguro que podremos superarlos.
—El diario ‘El Mundo’ denunciaba esta semana que se ha detectado la producción de energía en instalaciones fotovoltaicas en horario nocturno. Algunas de las plantas implicadas están en Castilla-La Mancha. ¿Tiene conocimiento de esto?
—Tenemos los conocimientos de la prensa y también coincidió que estábamos en una reunión en el Ministerio y se supo que se había presentado esta denuncia. Yo creo que se le hace un flaco favor a las renovables dándole tanta publicidad a este tipo de cosas, que son temas puntuales. De cualquier forma, la postura del Gobierno de Castilla-La Mancha es que nosotros no somos responsables de la compra ni de la venta de energía. Nuestra responsabilidad termina cuando damos la licencia administrativa para que esa planta se instale. Ahora bien, hemos pedido al Ministerio y a la CNE (Comisión Nacional de la Energía) contundencia total si hay infractores. Porque nos interesa separar el polvo de la paja y que no se generen sospechas sobre todos los huertos fotovoltaicos y sobre el sector. Si hay infractores en Castilla-La Mancha o fuera de Castilla-La Mancha, que caiga todo el peso de la ley sobre ellos. Y si nosotros podemos colaborar en algo, lo haremos.
—Una de las conclusiones prácticamente unánimes sobre esta crisis económica es la necesidad de afrontar un cambio en el modelo productivo. En Castilla-La Mancha, que es una región eminentemente agrícola, ¿en qué se puede traducir?
—Castilla-La Mancha es una comunidad autónoma donde el peso de la agricultura es fundamental, y esto se puede traducir en una agricultura más competitiva. Ya está trabajando la Consejería de Agricultura y el Gobierno. Pero, por otro lado, en Castilla-La Mancha ya hay sectores que tienen un peso importante en nuestra economía, como el aeronáutico o el de las energías renovables. Nuestra apuesta no es solamente ser generadores de energía, sino también la industria asociada a las energías renovables. En esta provincia tenemos en Daimiel la fábrica de palas, en Puertollano tenemos fábrica de células; también en Albacete hay fábricas de torres para los generadores, también de generadores para los molinos eólicos... Es decir, tenemos un sector industrial asociado a las renovables. Y luego hay otro sector que queremos que se convierta en estratégico, que es el de las tecnologías de la información y la comunicación. El 97% de los ciudadanos ya tiene posibilidad de conectarse a una línea ADSL. Sólo queda un 3% para el que estamos haciendo un gran esfuerzo. Y estamos viendo que nuestra sanidad y nuestra educación son punteras en la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación, y tenemos empresas del sector que son conocidas fuera de Castilla-La Mancha y no dentro. Todo ello nos puede permitir dar ese salto cualitativo y que los ciudadanos perciban algo que es una realidad, y es que Castilla-La Mancha es una comunidad autónoma que está de lleno inmersa en ese proceso de cambio de modelo productivo que exige el siglo XXI.