El periodista Felipe Serrano, natural de Villarrubia de los Ojos, descubre los secretos del lujoso hotel Ritz
A Felipe Serrano no le gustan las estridencias ni los gritos, aunque por su profesión ha sido testigo de trifulcas y palabras subidas de tono. Felipe Serrano (Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, 1959), periodista de la Cadena Ser, es uno de los profesionales más admirados y respetados de la tribu de local, esos plumillas que a diario cubren la información regional. Ahora acaba de conocer el otro lado, ha pasado de entrevistador a entrevistado y reconoce que se siente "sorprendido y abrumado", aunque muy satisfecho.
12/03/2010
Los flashes le buscan, sus compañeros de la canallesca bromean con su fama y los actos de promoción llenan su agenda. Pero él lo lleva como puede, con “esa sabiduría de dosis manchega" que tanto le enorgullece, una sonrisa y sin perder ojo de la actualidad. Con las mismas palabras certeras y precisas que utiliza para hacer la crónica diaria de la clase política madrileña acaba de descubrir algunos de los secretos mejor guardados del hotel Ritz, donde trabajó como camarero durante once años.
Bajo el título de Hotel Ritz. Un siglo en la historia de Madrid (Ediciones La Librería), Serrano hace un recorrido por algunas de las anécdotas más significativas de este hotel de lujo. En sus pasillos, salones y dormitorios ha visto de todo, aunque como buen periodista y camarero, probablemente calla más de lo que cuenta.
Durante varios años compaginó los estudios en la Facultad de Periodismo con su trabajo en el Ritz, donde por la tarde y por la noche se vestía de frac y pajarita para servir almuerzos, cócteles y cenas a personas de alto linaje, jeques, reyes, presidentes de gobiernos, actores, escritores, espías y famosos de turno. Ahora mira atrás. Lo hace con pasión y reconoce que durante estos días de promoción ha caído más en la cuenta de que “ser camarero no es menos importante que ser periodista; es una escuela de vida que me ha ayudado mucho”.
Felipe Serrano ya llevaba el veneno del periodismo en la sangre cuando le tocó vivir la Transición entre los rincones de este hotel madrileño, uno de los más lujosos de Europa. Ambos oficios han encontrado en su libreta un lugar común, lo que le ha permitido ponerse delante del ordenador a escribir el libro “actuando en condición de periodista”. Tal vez, lo que ocurrió es que las coordenadas espacio-tiempo le situaron en 1977 como camarero, y no como periodista, en un universo exclusivo del lujo, la distinción y el poder, donde el Ritz era un “verdadero palacio de la diplomacia". Allí, entre Chanel, Vega Sicilia y Rolex se movían los mecanismos del poder y si hay algo que precisamente le atrae a Felipe Serrano “es el mundo del poder”. Por eso propuso que el libro se titulara Hotel Ritz. Historia secreta del lujo y el poder. “Los cotilleos y el mundo de la farándula tienen más impacto, pero me interesa menos”, confiesa.
Muchos de los políticos a los que atendió como camarero en el Ritz en plena Transición han sido luego protagonistas de sus crónicas desde que comenzó su carrera en Antena 3 Radio. En su libro no faltan nombres ilustres. De Frank Sinatra a Margaret Thacher, de Richard Gere a Julia Roberts, de Dalí a Mata Hari o de Juan Carlos I a Tarradellas.
De las anécdotas que recoge, si hay una que le llama la atención fue el episodio de espionaje que se escribió en las habitaciones del hotel cuando agentes españoles del Cesid espiaron a Teodoro Obiang, presidente guineano, en la Operación Rizo. Pero pusieron los micrófonos en la suite equivocada... Y hablando de espías una de las protagonistas del libro es Mata Hari, a la que tendieron varias trampas en el Ritz con un destino fatal: su arresto.
Las propinas en el Ritz eran generosas y en alguna ocasión estuvieron a punto de ser de cuatro ruedas. Fue con Henry Ford como huésped cuando se corrió la voz entre los empleados del Ritz de que iba a regalar un Ford Fiesta a los empleados. No hubo coche, pero sí una bronca del maitre porque un inoportuno tropezón hizo que derramara un consomé sobre el traje del magnate del automóvil. A la hora de los caprichos, el que se llevaba la palma era Frank Sinatra que, según relata Felipe Serrano en el libro, pidió un piano de cola blanco.
Estos son algunos ejemplos que lleva la bandeja que sujeta Felipe Serrano y que está cargada de decenas de anécdotas y vivencias recopiladas con esmero en Hotel Ritz. Un siglo en la historia de Madrid. Algunas de estas historias las vivió el periodista y otras se las contaron los empleados del hotel, que un día fueron sus compañeros. Todo ello está en la inseparable libreta que siempre llevaba encima. Hoy, algunos de esos secretos del hotel inaugurado por Alfonso XIII han salido a la luz, pero habrá que esperar más para conocer los que se guardan bajo siete llaves.